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Los
dibujantes de Selecciones erais muy diferentes y trabajabais todos
juntos en el estudio. Has contado a veces anécdotas de alguien
copiando al de al lado, ¿quienes eran los dibujantes que marcaban
la pauta en la agencia?
Se chupa siempre de los más listos. Cuando Pepe González
dibujaba una chica antes de que sus páginas llegaran al despacho
de Toutain la habían copiado ya todos los dibujantes que hacían
chicas.
¿Tu
admirabas a alguien en particular?
A muchos, en Selecciones y en Barcelona en general ha habido grandísimos
dibujantes. Dibujando mujeres creo que no ha habido nunca nadie como
Pepe González y un dibujante de la calidad de Longaron se da
una vez en dos mil años, o Miralles, que veías sus dibujos
o sus ilustraciones y decías "Joer, este si que sabe".
Y no cito a Blasco o a otros dibujantes por considerar que son de
otra generación. No quiero hacer una lista porque son muchos
los dibujantes a los que podría nombrar.
¿Y
había competencia entre vosotros a ver quien hacía mejor
las cosas?
No, que va, había competencia entre nosotros, en el caso de
que la hubiera, entre los que la había, de a ver quien ligaba
más. En Barcelona otra cosa que tenían los dibujantes,
a diferencia de los de Madrid, es que en Barcelona los dibujantes
tenían moto, coche, salían de noche, se iban de juerga,
se iban a la Costa Brava y salían con extranjeras, se alquilaban
un apartamento entre dos en Lloret del Mar y pasaban el verano allí,
pero sobre todo vivían una vida que a mi se me caían
las lagrimas de envidia (risas), comparado con la vida del dibujante
de Madrid que era siempre mucho más triste yo pensaba "Estos
tíos si que viven bien". Porque el dibujante de Barcelona
tenía otra cosa, que era que al estar menos enamorado del trabajo,
por no decir que no estaba enamorado en absoluto del trabajo salvo
rarísimas excepciones, lo que tenía era que utilizaba
muy poca parte de su tiempo y de su vida en dibujar. No tenía
ningún escrúpulo en copiar. Si tenías que hacer
una historieta que se desarrollaba en Londres con un bombero y tenías
una historieta hecha por otro dibujante que salía un bombero
en Londres, la mayor parte de los dibujantes de romance, que eran
los que en Selecciones hacían el trabajo más de batalla,
no estoy hablando de las grandes figuras, pues ponías la historieta
directamente en la calcadora o en el proyector y la calcabas. Se entregaba
y se cobraba cada diez días y era muy normal que los dos últimos
días empezaras a prepararte las cosas y la última noche
te quedaras hasta las tantas dibujando para el día siguiente
por la mañana, antes de las once o las doce, entregarlo y cobrar
y automáticamente con las ojeras te ibas a Lloret a gastarlo
(risas).
Tu
mejor amigo por entonces seguía siendo Adolfo Usero.
Adolfo es mi amigo más antiguo. Yo ya no le llamo amigo, es
una especie de pariente que ha estado conmigo toda mi vida y que forma
parte de mi propia biografía. Nos conocemos desde los ocho
años y hemos vivido juntos tantas cosas que cuando yo quiero
saber algo de mi vida se lo pregunto a Adolfo. "Oye Adolfo, ¿Como
se llamaba aquella novia que tuve...?" Adolfo no es que sea mi
amigo, es un hermano.
HIPPIES
SI, PERO BUENOS CHICOS
En
1967 formas lo que vino en llamarse "el grupo de la floresta"
con Adolfo Usero, Esteban Maroto, Luis García y Suso Peña.
Si, detrás de "el grupo de la floresta" no hay una
actitud filosófica, es algo mucho más sencillo. Es una
de esas cosas de la vida, después de un escalón viene
otro y cuando te quieres dar cuenta estás en el primer piso.
Lo cierto es que un montón de dibujantes jóvenes sin
posibles vivíamos en un pensión, la pensión Aneto,
que era una pensión que estaba en una calle que salía
de las ramblas, y un día dijimos "¿Tu cuanto pagas
de pensión? Oye, pues con el dinero que todos pagamos de pensión
todos nos pagamos un chalet maravilloso". Así que entre
los cinco nos alquilamos un chalet, una torre que dicen los catalanes,
en un bosque de la Floresta, que era un barrio que estaba cerca de
donde vivía Toutain. Era la época de los hippies, y
como además éramos jóvenes pues éramos
hippies. un día nos dimos cuenta de que no solo éramos
hippies sino que resulta que vivíamos como hippies, vivíamos
en una comuna, sin habérnoslo propuesto mucho éramos
los hippies del libro. No teníamos ningún interés
en pegarnos con nadie, con lo cual pretendíamos hacer el amor
y no la guerra.
Vestíais
con camisas de flores, teníais barba y melena...
Aquel sitio se prestaba precisamente a hacer más el amor que
la guerra, era un lugar estupendo para recibir gente y hacer fiestas.
Duró poco porque estas cosas siempre se malean, pero el tiempo
que duró fue muy agradable y divertido. Pero había que
pagarlo a fin de mes y no teníamos nunca dinero, hasta que
dijimos "¿Por qué no hacemos un trabajo entre todos
que sirva para pagar el chalet?".
Y
es cuando dibujáis varios episodios de la serie Alex, Khan
y Khamar para la agencia de José Ortega.
Los guiones eran de Manolo Yañez y cuando había que
pagar se hacían páginas. Las páginas entre muchos
se hacen con mucha más facilidad y era un trabajo divertido,
fácil, uno abocetada, otro pasaba a tinta... Era para Alemania
y los alemanes lo podían todo. Es curioso, porque tu lo haces
lo mejor que sabes y hay un tío que se dedica a estropearlo.
El criterio que tenían es que tenía que ser una cosa
en colores y para que fuera en colores no tenía que tener negro,
y nosotros pensábamos que los colores y el negro no tenían
porque estar reñidos. Si había una puerta en contraluz
alrededor tenía oscuro para que afuera hubiera claridad. Pues
los alemanes con un pincel lleno de gouche blanco tapaban los negros
donde les parecía que había demasiado, y llenaban ese
espacio en blanco del color que les parecía más bonito.
En aquella época no había editores peores que los alemanes.
Luego
pasas a dibujar Delta 99, que es una idea de Toutain. Delta 99 era
un extraterrestre que venía al tierra a luchar contra el mal
por encargo de una "una confederación de planetas de las
tres galaxias".
Lo de decir que es una idea del propio Toutain es mucho decir. Esto
es una cosa que lo hacen mucho los editores americanos que dicen "Mira,
hazme un superhéroe que vuele y que tenga poderes mágicos",
y entonces te escribes el guión y te dice "Vale, esto
si, pero que los poderes mágicos no sean de esos, que sean
de otros", te lo dibujas y "Si, pero que tenga la capa más
larga" y al final el editor dice "Bueno, pues yo he sido
el autor de la idea". ¡Una mierda! (Risas) Es como si yo
te digo a ti "Oye, escríbeme una historia que sea de un
chico y una chica que se gustan pero que sus padres no les dejan casarse",
y entonces viene Shakespeare y escribe Romeo y Julieta y digo "La
idea se la di yo" (risas). Tu lo que dijiste fue una obviedad.
En el caso de Delta 99 el que se lo curro fue Jesús Flores
Thies. Y el mérito de la creación de Delta, y sobre
todo de su realización, porque la idea, aunque fuera de Toutain,
tampoco es una idea de otro mundo, es de Jesús Flores Thies.
¿Como
era tu relación con Jesús Flores? Él escribió
un texto muy cariñoso sobre ti en Los Profesionales III en
el que se autodefinía como "milico, carca y facha".
Erais totalmente distintos.
Jesús es un buen amigo mío y una excelente persona que
nos ha ayudado mucho, no solamente a mi, sino a muchos dibujantes.
Una de esas veces fue en los tiempos de la Floresta. Todo se ha ganado
con mucho esfuerzo, cada metro de terreno que se ha avanzado hacia
la libertad ha costado muchas luchas y muchos esfuerzos. Pues tener
el pelo largo en una época en que se llevaba corto era una
cosa que a mucha gente le fastidiaba. Todo lo que sea salirse de lo
políticamente correcto le molesta a mucha gente. Ibas por la
calle y de pronto pasaba un tío con un coche o con un camión
y bajaba la ventanilla y te decía: "¡Hijoooputa!"
(risas) y pensabas, bueno, en todo caso será "peludo"
o "guarro", pero, "¿hijoputa?". Un día
por una de estas acabamos en la comisaría y quien nos sacó
fue Jesús Flores. Fue allí y dijo "Estos chicos
yo los conozco y son gente normal, visten así porque les da
la gana vestir así".
Él
era mucho mayor que tu.
Unos diez años.
Y
además era militar de carrera.
Si, Jesús es un hombre muy generoso, tenemos ideas distintas
pero eso jamás nos ha creado ningún problema y nos queremos
mucho.
En
la reedición de Delta 99 que editó la Semana Negra de
Gijón Jesús Flores decía que le reescribían
todos los guiones.
Yo sobre los guiones poco se, no me extrañaría que en
Selecciones Ilustradas Toutain cambiara cosas.
Cuando
Jesús Flores se fue el guionista pasó a ser Víctor
Mora.
El último cuaderno que yo dibujé fue el primero que
escribió Víctor.
De pronto te encuentras trabajando con el guionista de El Capitán
Trueno.
Yo para entonces ya conocía a Víctor, él ya era
un personaje legendario en la profesión. Pero no solamente
porque fuera un guionista de éxito, sino además porque
era un intelectual, un escritor comprometido y un hombre de izquierdas
con una biografía admirable que era muy de respetar. Habíamos
coincidido en algunas cosas y él debía ver en mí
a un chaval que sentía admiración por él.
Delta
99 siempre estuvo muy mal editado.
Si, lo de Gringo igual. Empezaba por los guiones, como Selecciones
Ilustradas los servía mal de entrada, el guión lo escribía
el guionista pero el que sacaba la copia "aliviaba", no
copiaba las descripciones, copiaba solamente los textos, pero claro,
entonces se le olvidaba poner las onomatopeyas, con lo cual cuando
llegaba al rotulista el guión llegaba incompleto. Recuerdo
una historieta de Delta 99 que era todo un juego de indicaciones de
carretera que se cambiaban unas por otras, y cuando salió el
tebeo no había ninguna. Otra vez en una viñeta había
un tipo que había registrado el equipaje de una chica y cogía
unas bragitas con la punta de los dedos, habían quitado las
bragitas porque debía parecerles inmoral y entonces el tipo
estaba con una cara de idiota y con corazoncitos, con los dedos como
haciendo yoga. ¿Qué pasa? ¿Qué se enamora
de la punta de sus dedos? Además, el editor de Delta 99, al
que nos referimos, era un tipo que de una página hacía
dos o tres. Un día me vino a mi con que "Esteban Maroto
se ha quejado de que al montar sus páginas..." ¿Como
que al montar sus páginas? Si él ha hecho una página
así la publicas y se acabó. Lo que pasa es que con aquella
página sacaba dos y le salían más baratas. "Dice
que al montarlas se pierde la composición. ¿Pero que
composición? ¿Una página tiene composición?"
Y se lo estaba contando a otro dibujante. Y yo pensaba "Madre
mía...". Y este editor no era el único, era lo
normal en la época. Los alemanes han sido los únicos
que han sido peores editores que los españoles. Pero en España
salvo rarísimas excepciones se ha editado siempre muy mal.
Toutain era uno de los editores de "lujo" que hemos tenido
y aun así yo recuerdo decirle "¿Como no te has
dado cuenta de que iban lo bocadillos en blanco porque no se había
rotulado y hay una falta de ortografía...? ¿no te lo
lees antes de entrar en máquinas?" y Toutain decía
"Yo es que mi mayor placer es, cuando sale la revista calentita,
ponerme un Whisky, sentarme y leérmela, no la leo antes porque
entonces cuando llega ese momento se me quita el placer" (risas)
Daban ganas de decirle "Tu no tienes que disfrutar con la revista,
tu lo que tienes que hacer es que la disfruten los demás".
Toutain se dormía mucho en los laureles.
Bueno,
eso sigue pasando con los editores y lo peor es que a veces no la
leen tampoco después.
Y eso Toutain, que lo leía después porque lo disfrutaba,
la mayor parte de los editores ni la disfrutan.
En
el prólogo de la edición de la Semana Negra escribiste
" (Delta era) un chico intencionadamente guapo (...) pelo largo
-inusual en aquélla época en los tebeos de aventuras-,
camisas de flores, chaquetas entalladas... Y por lo que corresponde
a los personajes femeninos, peinados sofisticados, vestidos estampados,
minifaldas, etc. El erotismo "light" de la serie dio problemas
y cuando se editaba el tebeo siempre os vestían a las chicas.
Delta 99 tenía muy poco erotismo, y si tu llamas erotismo a
que se vea una teta, además mal dibujada por un dibujante que
tampoco se puede decir que dibujara unas mujeres que quitaran el hipo.
Pero lo que pasa es que durante el franquismo las mujeres no tenían
tetas.
Las
de Pepe González si.
Las de Pepe González en España tampoco. Las chicas tenían
tetas en otros países(risas). Y el editor de Delta 99 era un
editor especialmente mojigato.
Delta
99 tuvo una edición de Buru Lan todavía peor que la
primera, con colores añadidos por el editor y diálogos
cambiados.
En el mundo de los tebeos todo el mundo se ha creído que era
más listo que los autores, incluso si el autor hacía
algo que estaba bien era como si te hubiera salido bien por casualidad,
no, me ha salido bien porque he reflexionado muchas horas durante
muchos años, he practicado mucho y he procurado que me saliera
bien. Y eso que te gusta cuando él la mira a ella y sonríe,
¡he hecho muchos borradores para conseguir que me quedara esa
expresión!. Cualquier persona que se acercase al mundo de los
tebeos, editor, aficionado, lector, los fanzines, el que sea, se creía
con una capacidad muy superior a los autores. Todos se creen capaces
de enmendarnos. "Vamos a poner unos guiones que sean más
intelectuales", entonces cogen a Delta 99 y le ponen diciendo
unas cosas... ¡Señor, si usted quiere escribir su novela
escríbala pero déjeme la mía!. Pues la gente
piensa que a los dibujantes de tebeos hay que "arreglarles"
las cosas. Luis Gasca en Buru Lan "arreglaba" todos los
guiones y otro los dibujos. Cuando se publicó Hom en Estados
Unidos, que lo editó nada menos que Neal Adams, que es un dibujante
que ha hecho historietas personales y tenía que comprender
un poco cierta problemática, hizo un adaptación. Yo
que había hecho una historieta en la que mi reto principal
era que durante las 46 páginas del álbum no hubiera
ni un solo texto de apoyo, pues él me puso textos por todas
partes. Los textos decían "La noche era tremenda, pero
él estaba seguro de si mismo, porque su fuerza interior le
obligaba a avanzar hacia delante..." Una literatura...coño,
si Hom es una obra sobria en la que los personajes hablan lo mínimo,
son hombres un poco prehistórico. Un editor que machaca una
cosa así es una mala persona. Lo cambió pensando "Voy
a mejorar lo de este chico". "¿Por qué publicas
lo mío?" "Porque me gusta" "¡Pues
si te gusta déjalo así!". Recuerdo que una de las
primera críticas que se hicieron en Francia de mi trabajo fue
sobre Dani Futuro y lo ponían muy bien, decía "Es
un ciencia ficción muy bonita, con muchas flores, hecha sin
ninguna pretensión pero con resultados..." ¡No es
cierto! ¡Estaba hecha con todas las pretensiones! ¡Yo
pretendía hacer la mejor historieta del mundo! ¿Sin
pretensiones? ¡Yo no he hecho sin pretensiones ni un solo dibujo
de mi vida! Todo lo he hecho queriendo hacerlo muy bien, borrando
y repasando y corrigiendo para conseguir un producto final lo más
terminado posible y lo más próximo a la idea que yo
tenía, ¿como que sin pretensiones?
DANI
FUTURO
Entre
Delta 99 y Dani Futuro dibujaste varios trabajos de encargo con guiones
de Manuel Yañez, Tom Berry, que eran historietas de humor del
oeste, y Kiko-2000, que era tambien de humor pero de ciencia ficción.
De Kiko-2000 solo hice dos páginas para la agencia Ortega,
que tenía contactos en Alemania. Durante un tiempo puse series
en funcionamiento, una de ellas fue Tom Berry. Hicimos un primer episodio
que sirvió para que los alemanes lo aceptaran y ya otros dibujantes
siguieron haciendo Tom Berry.
Y
después dibujas los primeros episodios de la serie de ciencia
ficción juvenil Dani Futuro, con guiones de Víctor Mora.
Dani Futuro se llamaba en realidad Daniel Blancor y era un chaval
del siglo 20 que después de un accidente de avión se
queda atrapado en una grieta del polo norte hasta que le "despiertan"
en el siglo 22, donde vive sus aventuras. ¿Como surgió
la oportunidad de trabajar con Víctor Mora?.
El número de Delta 99 que dibujé con guiones de Víctor
Mora, que lo hice a medias con Adolfo Usero, no le debió parecer
mal a Víctor y eso hizo que pensara "Pues en cualquier
ocasión que haya me gustaría trabajar con él
otra vez". Así, cuando Víctor tuvo que dar un nombre
en las revista Gaceta Junior para hacer Dani Futuro dio el mío.
Yo con Víctor he trabajado siempre muy bien. Eran unos guiones
muy bonitos de hacer, que iban muy bien a mi temperamento. Yo me encontraba
en un momento en la que la fase de principiante ya daba paso a otra
más de más profesional, dibujar me costaba menos trabajo,
dibujaba más libremente, más a mi estilo. Durante el
tiempo que duró Dani Futuro dibujé muy a gusto, Víctor
me permitió experimentar con montajes, era la época
en que yo estaba empezando a preocuparme por ese tipo de cosas.
Al
cerrar Gaceta Junior en 1970 Dani Futuro se empezó a publicar
en la revista belga Tintin. Por entonces tuvisteis problemas con los
derechos del personaje.
Mientras se arreglaba el tema de los derechos hicimos otras cosas.
Por ejemplo Iris de Andrómeda, que era una serie protagonizada
por la compañera de aventuras de Dani Futuro.
Hicimos Iris de Andrómeda y Ray 25. Ray 25 era una especie
de Dani Futuro que nos salió sin la gracia de Dani Futuro.
Yo no lo dibujé bien, era un guión que me resultó
muy difícil de hacer. Era un tema de gente que roba monumentos
y es una historieta que nunca me ha gustado de dibujo, de guión
en cambio era un guión bonito.
También
creaste a Copo Loco y Cómputo.
Cree Copo Loco y Cómputo por si surgía hacer alguna
cosa de humor. Era un patata que bailaba claqué que iba acompañada
de un robotito que también bailaba claqué. Copo Loco
era una especie de patata con un bastoncito en la mano y un sombrero,
que podía ser un bombín o una chistera. Y un día
en el programa Un, dos, tres, me encuentro con un personaje que era
el Copo Loco, era la misma patata con el mismo bastón en la
mano que bailaba claqué y con un sombrero.
¿La
Ruperta?
No, la Ruperta era una calabaza. Lo había hecho Moro, que es
un gran dibujante al que admiro mucho. La anécdota es que pasando
al tiempo un amigo me dijo "Oye, Carlos, porque no me haces un
papel de cartas para una empresa que estoy montando" y yo le
puse el letrero de su empresa y dije "Ah, pues le voy a poner
de mascota, como es un personaje que he no he utilizado prácticamente,
al Copo Loco". Y el chaval me lo devolvió "Toma,
no lo quiero, que se ve claramente que está copiado del Un,
Dos, tres" (risas).
Y
luego se arregla el asunto de Dani Futuro.
Sobre Dani Futuro querría decir algo más. Hubo complicaciones
a la hora de saber quién disponía o no de los derechos
y en definitiva, si estos derechos logramos recuperarlos Víctor
Mora y yo fue gracias a Antonio Martín, a gestiones que él
hizo, porque Antonio Martín es un hombre que ha estado siempre
muy ligado a Dani Futuro. No olvidemos que Dani Futuro es un personaje
que se editó en Gaceta Junior justamente coincidiendo en la
entrada en Gaceta Junior de Antonio Martín, juntó con
él entraron en Gaceta Junior unos aires de renovación,
unos aires nuevos, y se empezaron a hacer series españolas.
Mira por donde Antonio Martín va a ser el editor de la edición
definitiva, por orden y completa, de Dani Futuro.
Por
fin parece que la edición de forum será la buena.
Espero que sea así, que se publique bien por fin un material
que ha estado siempre disperso, incompleto, mal editado y mal rotulado.
Porque cuando Bruguera, que fue después el editor en España
de Dani Futuro ha publicado cosas de estas lo ha editado muy mal.
Las
páginas estaban rotuladas mecánicamente y con los colores
cambiados, supongo que aquella edición no te gustaba nada.
Ni a mi ni a nadie. Espero que esta sea la vez buena.
La
reedición de Toutain en 1981 en la colección Tebeo Semanal
salió en formato apaisado. ¿La remontaste tu?
Si, remonté los números que salieron, pero se cortó
de pronto. Hice portadas nuevas, maqueté, se corrigieron los
guiones, se rotuló... Incluso algunas viñetas las retoqué,
puse en formato todas las páginas, con lo cual prácticamente
todas las viñetas llevan añadidos por algún lado,
incluso algunas llevan muchos.
No
se nota nada.
Están hechos con mucho cuidado. Trabajé mucho para convertir
a Dani Futuro en un cuadernillo semanal y fue un trabajo muy inútil,
porque en definitiva tampoco sirvió para nada, se distribuyó
muy mal y se vendió peor. Cuando salió Dani Futuro fui
por algunos kioscos de Barcelona para ver que tal se vendía,
"Oiga, tiene usted una cosa que se llama Dani Futuro, que son
unos cuadernitos pequeños así y tal", "Pues
no", "¿Pero sabe usted lo que le digo?", "No,
no lo tenemos", "Pero si los tiene usted allí",
"Ah, si, vaya". Incluso me contaban los editores que los
paquetes llegaban a la distribuidora sin haber sido abiertos, porque
eran unos tebeitos que se vendían a treinta pesetas, con lo
que, total ¿qué va a ganar el kiosquero? ¿dos
pesetas? Dos pesetas es lo que dejabas de propina donde te tomabas
el café, por esas dos pesetas no le merecía la pena
ni abrir el paquete. Eso fue el fallo, y el fallo fue mío porque
la idea fue mía, querer hacer un tebeo popular en una época
en la que el tebeo popular ya no tenía razón de ser.
CONTANDO
HISTORIETAS
En
Dani Futuro hay cosas que luego desarrollas en Koolau y Hom, planificabas
las páginas de una forma que sigue pareciendo moderna ahora
pero que entonces no hacía casi nadie.
Cuando ha habido ocasión he procurado ser un buen narrador,
a lo mejor en parte lo he conseguido. Lo que pasa es que para narrar,
entendiendo como narrar tomarte tu tiempo para contar bien una cosa,
necesitas trabajar en historias largas. Para poder perder una página
en contar una emoción tienes que tener muchas páginas.
Si tienes para contar la historia solo tres páginas, no puedes
perder una página, ni una viñeta. Por ejemplo, para
hacer una historieta como Hom o como Koolau sin textos de apoyo, necesitas
que la historia tenga cuarenta y tantas páginas. Lo bueno que
ha tenido cuando ha habido publicaciones que editaban historias largas
por entregas es que te permitía experimentar con la narrativa,
"Ahora en esta página voy a dibujar a un hombre caminando
por la calle, voy a describir su soledad", pero cuando tienes
muy pocas páginas para contar toda la historia tienes que solucionarlo
con un letrero que dice "Estaba solo y triste", porque no
tienes más espacio. A mi me ha interesado mucho siempre que
mis personajes sean muy buenos actores, no soy un gran dibujante pero
difícilmente vas a encontrar en ninguna otra historieta, y
esto lo digo con un poco de orgullo y de chulería, actores
mejores que los de Los Profesionales. Hay matizadas muchas caras,
muchos gestos, muchas cosas, desde lo muy exagerado hasta lo más
sutil. Esto me ha interesado mucho, me ha interesado el hecho de que
el personaje se comporte como un buen actor y me ha molestado mucho
por el contrario estos grandes dibujantes que dibujan una cabeza muy
guapa, muy bien hecha, con cara de estar cabreado y de pronto dice
"Ja, Ja, Ja", tu con esa cara no puedes decir "Ja,
ja, ja", tu con esa cara lo único que puedes decir es
"Que acidez tengo de estómago". Esta preocupación
me hace ir a viñetas pequeñas en las que se habla poco
y se matiza la expresión y el gesto. Yo muevo mucho las manos
también, yo creo que la mitad de la expresión está
en la cara, el otro cuarenta y cinco por ciento está en las
manos y el cinco por ciento que queda esta en el cuerpo del personaje,
es decir, si tiene los hombros hundidos o no... Otra cosa que tampoco
he podido nunca digerir es un tío que en una viñeta,
por muy bien dibujada que esté, se larga un bocadillo en una
viñeta en la que cuenta su vida. Primero porque leer aquello
es un tocho, y segundo porque no puedes estar hablando un cuarto de
hora sin cambiar la expresión, automáticamente me salgo
del relato, el personaje tiene que ir cambiando la cara según
lo que diga.
En
aquella época, a principios de los 70, salen dibujantes franceses
con preocupaciones semejantes, muy rupturistas.
Si, es algo que se venía presintiendo desde hace unos años.
En la nueva historieta francesa, alrededor del mayo del 68, salen
Barbarella, el nuevo Pilote, alrededor de eso se cuecen una habas
de las que hemos comido luego todos, y un movimiento, lo que se ha
llamado la historieta para adultos, en la que la historieta pasaba
a ser adulta de verdad. En la historieta francesa, de pronto hay eso
de decir "Vamos a contar cosas para los mayores, que las contamos
gente que somos adultos, que las van a leer adultos y dejémonos
de los mojigatos". Podías hacer una historieta policiaca
y de pronto el personaje se había ido de putas o la chica estaba
lavando y se le veía el culo. Barbarella tenía una cierta
picardía, más porque se lo hacía con robot que
porque se lo hacía. Era decir "Vamos a darle un paso más
a todo esto". Porque los americanos es verdad que habían
hecho historietas para los periódicos que leen los adultos,
pero eran historietas que...yo no considero Rip Kirby hecho para adultos,
porque no tiene la profundidad de un problema para adultos.
Había
elementos en tu obra de esa época que eran un signo de modernidad:
el uso de los tiempos muertos, prescindir de los textos de apoyo,
la fragmentación de las secuencias, como utilizabas los planos
de detalle... ¿Estudiabas el trabajo de otros dibujantes? ¿Tenías
algún referente cercano en el que apoyarte?
No, eso se llama "la gracia que Dios me dio" (risas). Estáis
cayendo en algo que pasa a menudo, es decir, pensar "y esto que
has hecho tan bien, ¿de donde lo sacaste?, no puede habérsete
ocurrido a ti". Yo he sido un hombre que ha reflexionado mucho,
al que le ha gustado mucho lo que hacía, que le ha parecido
muy importante la profesión en la que se movía y por
lo tanto he tratado de hacer muchas cosas. Y siempre que he tenido
una pequeña ocasión he tratado de decir: ¿como
se puede contar esto? Y producto de esa reflexión, de ponerte
a trabajar, son esas viñetas tontas o acertadas que habré
hecho.
Las
cosas que tu hacías quizá se estuvieran haciendo en
Europa, pero en España tu estabas por delante.
No soy yo a quien le corresponde decir si estaba por delante o por
detrás, yo estaba en ese grupo, en el que creo que sigo estando,
que tratamos de hacer un mundo mejor, y hacer ese mundo mejor es también
hacer tu profesión cada vez un poquito mejor. Eso y la curiosidad
que siempre he tenido. Mi trabajo nunca es producto del virtuosismo,
porque nunca he sido un dibujante virtuoso, es producto de la reflexión.
La
preocupación por la narrativa es una constante en tu trabajo
de esa época. Los dibujantes de Selecciones evolucionasteis
de forma muy diferente, quizá otros dibujantes como Fernando
Fernández o Esteban Maroto evolucionaron hacia el preciosismo
estético, mientras que lo tuyo era contar historias.
Si, lo que no debes olvidar que las cosas que le interesan a unos
no son las mismas que le interesan a otros, la ideología y
la concepción del mundo no es la misma. Y a lo mejor estos
dibujantes estaban preocupados y reflexionaban muy honda y muy seriamente
sobre otros aspectos, más estéticos, en los que yo no
pensaba siquiera.
¿Hablabais
de los diferentes puntos de vista que teníais sobre vuestro
trabajo?
Si, en la medida en la que me relacionaba con los otros dibujantes.
Con la gente que está en tu estudio si que tienes discusiones
estéticas y de narrativa y de hecho siempre unos dibujantes
influyen a otros. Luego lo que pasa es que cada uno es cada uno. Adolfo
Usero y yo, por ejemplo, muchas veces se ha dicho "No tenéis
nada en común". Pues no será por las cosas que
hemos compartido. Lo que pasa es que nos interesan cosas distintas.
Lo que sabes hacer bien y lo que se te da mal, lo que tiendes a hacer,
tus amaneramientos, tu moral, tu familia, todo eso confecciona tu
estilo y te da una personalidad diferente.
Yo he sido una autor que ha cuidado especialmente la historia, mis
historietas muy pocas veces han maravillado por el maravilloso dibujo,
porque no creo ser un dibujante maravilloso, lo que a mi me ha interesado
siempre ha sido contar una historia, que lo que yo te cuente sea una
cosa que me interese contar y que a ti te puede interesar que te cuente.
Lo que pasa es que hay gente que no tiene nada que contar o no tienen
ningún interés en contarte ninguna historia, tienen
interés en mostrarte sus dibujos, o en mostrarte su arte. Es
la diferencia que yo hago entre forma de expresión y forma
de comunicación. Puedes decir "Yo me expreso, pinto así
y me importa poco que la gente lo entienda o no". Y yo en cambio
soy partidario de decir "No, no, yo es que lo que quiero es contarte
una historia, si tu no la oyes ya no me interesa contarla". Contar
una historia a un micrófono cerrado no me interesa nada, yo
lo que quiero es que te enteres de lo que quiero contar. Por eso he
profundizado más en como contar las historias, y muchas veces
para contar una historia bien contada he hecho dibujos muy aburridos.
Recuerdo muy especialmente una página de Barrio en la que el
niño llega a su casa y se come unos huevos fritos y se escucha
en off la voz de su madre. Y en todas las viñetas salía
un niño comiendo, una página de casi 25 viñetas
en las que solo cambiaba un poquito la mano y la expresión.
Me aburrí mortalmente dibujando eso. Yo sobre todo lo que quiero
es que la gente me entienda. Y a veces me la envaino como dibujante
porque si hago esto me lo pasaré muy bien haciéndolo
pero el lector no lo va a entender. Lo que me interesa mucho es que
la historia sea entendida y disfrutada. Una historieta que no se disfruta
es una historieta que aburre, y una historieta que aburre es pecado
mortal. El pecado mortal de tantos medios de expresión, sobre
todo, más que ninguno, la historieta, es el aburrimiento, tantas
historietas tan artísticas que mataban de aburrimiento al lector
es lo que ha hecho muchas veces que este barco en el que navegamos
haya hecho aguas.
Para
ti el dibujo es un medio, no un fin.
Yo siempre lo he dicho, el dibujo es una caligrafía. Dos rayitas
y un puntito forman una cara, si una rayita está curvada esa
cara está seria o alegre. Si yo dibujo un señor chiquitito,
un poco contrahecho, triste, sin afeitar, con una colilla muy pequeñita
en la boca, es un pobre, si le pongo un remiendo en la chaqueta es
más pobre aun, ahora, si a ese mismo personaje lo afeito, lo
estiro un poco, le pongo un puro y un sombrero de copa, es un rico.
Es decir, son códigos de señales que yo emito y el lector
recibe. De nada sirve que yo las emita si el lector no las entiende.
Como hemos llegado a una cultura de los tebeos en la que el lector
sabe leerlos y el autor se supone, debería, saber escribirlos,
todo lo que queda es un código de señales a descifrar.
Como un libro, La p con la a pa, ¿la p que es?, la p es una
rayita y la a es otra. El dibujo es lo mismo. Solo hay rayas rectas
y curvas, no hay más, al igual que notas musicales hay ocho
y letras 28 y colores siete, para dibujar solo hay dos rayitas: la
recta y la curva.
CONCIENCIA
DE AUTOR
Después
de Dani Futuro, en 1972, dibujaste una historieta erótica para
Alemania, Ulysses.
Fue para una revista erótica alemana, y entre los dibujantes
españoles estaban Blasco y Bernet, que hacían unas cosas
muy bonitas. Era la Odisea en plan de broma, con unos toques eróticos.
Era interesante para mi en aquella época, por el hecho de que
era dibujar mujeres con las tetas al aire, era faltarle al respeto
a esa moral a la que hoy en día no tendría ninguna razón
para faltar al respeto porque no la tenemos demasiado respeto. Es
una historieta que hoy en día no tendría ningún
interés para mi, no la haría, pero que en aquella época
incluso era progresista atreverse a hacer cosas que atentaban contra
las ideas fundamentales del movimiento.
Lo
siguiente fue el grupo Premiá 3, que formaste con Adolfo Usero
y Luis García.
"Premía 3" es lo mismo que el grupo de la floresta.
Hacer un trabajo entre varios para pagar un estudio.
Dibujasteis
La isla del tesoro para la agencia Bardon Art y la historieta 4 amigos.
La gran aventura, con guión de Mariano Hispano, también
para Alemania.
Lo de los grupos era según quien estuviera metido. Se firmaba
así porque poner el nombre de todos era demasiado largo. Hubo
un "Taller Premiá" y un "Premiá 78"
también.
Y
llegamos a la época que nosotros habíamos llamado de
conciencia de autor", por llamarla de alguna manera.
No, está muy bien llamada, define perfectamente lo que yo he
tenido. Desde casi siempre he sido consciente de que era un autor,
eso se divide en dos vertientes. Una de ellas me obliga a responsabilizarme
de lo que digo y a apechugar con todo lo que pueda hacer, véanse
mis historietas de El Papus, las más políticas, o las
de Paracuellos, donde he opinado y me he responsabilizado de ello,
y la otra es que se que soy un autor que hace un producto industrial
que da dinero, quiero mi parte y no estoy dispuesto a renunciar a
ella como trabajador que soy que tiene derecho por ley, y si no hay
una ley que diga que tengo derechos quiero que se haga esa ley.
¿Como
llegaste a adquirir esa conciencia?
Siempre digo que mi trabajo y mi vida es producto de la reflexión.
He inventado cosas que ya estaban inventadas. ¿Por qué
las he inventado yo?, porque era lógico que las inventase.
¿Por qué ya estaban inventadas? porque eran lógicas.
Si yo hago esto y esto se vende en un sitio, pero luego este señor
lo vende a su vez en siete sitios, es lógico que tanto él
como yo recibamos una parte. Y no me parecía lógico
que de pronto tu obra sea manipulada, que te la encuentres editada
en un sitio y no sepas que se iba a editar. La parte de decir la propiedad
intelectual es mía y saber que de la propiedad comercial algo
me toca porque es con mi trabajo con el que se comercia, son dos cosas
que me han preocupado siempre mucho en mi profesión y que me
han llevado a estar donde estoy. No soy un hombre con dinero, he ganado
muy poco dinero en la profesión, posiblemente menos que la
mayoría de los dibujantes, pero todo lo que he hecho es mío.
No hay nadie que tenga ningún derecho de autor de nada que
haya dibujado yo. Y resulta que defender la propiedad intelectual
es mucho más fácil de lo que parece, solamente hay que
decir "Oiga, esto es mío". Lo que pasa es cierto
que muchas veces a los dibujantes y los guionistas o a cualquier otro
nos cuesta mucho enfrentarnos al jefe porque pensamos que el jefe
igual se enfada, igual no le gusta que le pidamos lo que es nuestro.
Y no, al jefe indudablemente no le gusta que le pidamos lo que es
nuestro, pero tampoco tienes que pedírselo a gritos. Y hablando
se entiende la gente. Y yo no he tenido grandes dificultades en recuperar
mis originales, en recuperar mis derechos, que se me abonen mis cantidades,
unas veces más y otras veces menos, y en llevar una vida profesional
ajustada a la legalidad, porque no es nada del otro mundo lo que pides.
Yo tengo todos mis originales, excepto los que se han perdido por
circunstancias, porque, entre otras cosas, no los doy, entrego unas
fotocopias maravillosamente hechas. Eso si, hay que molestarse en
hacer las fotocopias, hay que molestarse en montarlas, en escribir
cartas... hay que molestarse. Y muchas veces lo que pasa es que el
dibujante de historietas no se molesta.
En
1971 habías dibujado El Miserere, una adaptación de
un cuento de Bécquer que se publicó en la revista Trinca.
En esa historieta explotan un montón de ideas de montaje que
ya se apuntaban en Dani Futuro. ¿Crees que se puede hablar
de un Punto y aparte en tu carrera?
El Miserere, junto a una adaptación de Edgar Allan Poe que
hice el mismo año, El extraño caso del señor
Valdemar, son estas pequeñas ocasiones que tienes de hacer
algo fuera de los canales en los que estas trabajando. Si en aquella
época estaba haciendo Dani Futuro de pronto hay un trabajito
que es corto, en el que puedes hacer lo que quieras, que está
entre la historieta que se puede leer bien y un poco donde puedes
hacer todas esas cosa que tienes ganas de hacer y nunca has tenido
ocasión de hacer, un experimento... De todas formas cuando
hablamos de ensayo o de experimentos yo pienso que solamente se debe
experimentar en cosas muy próximas a que te salga bien el experimento,
sobre todo cuando tratas que haya otro señor que lo compre.
Tu no puedes publicar en una revista una cosa que el lector no vaya
a entender, si trabajas en una industria tu trabajo esta sujeto a
ella, nos guste o no nos guste, eso no quiere decir que tenga que
dejar de ser artístico, intelectual o comprometido, pero tiene
que servir a la industria. Si trabajas para una revista de fútbol
y tu tienes que hacer un personaje que sea futbolista no puedes decir
"es que a mi me gusta dibujar caballos", no hombre, si dibujas
caballos tendrás que ir a otra revista, tienes que hacer lo
que tienes que hacer. Ahora, dentro de que el personaje es un futbolista
trata de contar lo que quieras.
La
adaptación de Poe era para Trinca, pero no llegó a publicarse
por problemas de censura. Al final se publicó en un fascículo
del Club de Amigos de la Historieta en 1976 y en Cimoc en 1979 y ahora
está en el álbum Sabor a menta. ¿Qué es
lo que pasó?
Yo de eso ya ni me acuerdo. A lo mejor era porque hablaba de la resurrección
y, digo yo, ponía en duda alguna de estas leyes del catolicismo
a ultranza que teníamos en España y los de Trinca, que
no hay que olvidar que eran gente del Movimiento, decidieron que era
un poco irreverente. El Miserere se publicó, pero en un momento
dado el personaje iba a un sitio, no veía nada y decía
"¿Me habrán engañado?", cambiaron el
bocadillo y ponía "¡Dios mío!".
En
1974 haces Hom.
Hom lo que tiene es que lo hago en un momento en el que tengo necesidad
de hacer mis propias cosas, una historia mía sobre un tema
que me preocupe, donde pueda dar mis opiniones, en fin, que no sea
una cosa que otro escribe y yo ilustro. Con Hom todavía no
se había muerto Franco y entonces queríamos hacer, pues
esas cosas, siempre había un grupo de dibujantes que nos reuníamos
y queríamos hacer historietas diferentes, donde opináramos,
que no tuvieran que tener el clásico chico y la clásica
chica. Y entonces, para un viaje que hacía fuera Luis García
para intentar vender material yo me hice esta historieta que se publicó
en una revista italiana.
Entonces
la hiciste pensando directamente en la revista italiana.
No, la hice pensando en que había que hacer cosas y que podía
hacerlas.
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